En la primera sesión en el aula con Ana nos
enfocamos en la comprensión oral, y todas las estrategias que podremos usar en
el futuro para mejorar las habilidades de nuestros alumnos para escuchar en la
lengua extranjera y adquirir vocabulario nuevo.
A mí me gustaba muchísimo el ejemplo que
había del trabajo por proyectos, una técnica que puede abordar todas las
destrezas distintas del idioma y que promociona su uso en situaciones más
‘reales’. Vimos el tema de los proyectos también en la asignatura que tuvimos
antes de las navidades y hablamos de su utilidad en el aula de lenguas
extranjeras, particularmente para enfatizar el desarrollo de las habilidades
comunicativas y activas encima del alumno pasivo que memoriza gramática y
vocabulario sin saber aplicarlo en la realidad. Está claro que estas
habilidades son imprescindibles si nuestros alumnos van a ser usuarios activos
del idioma en el futuro, y también no se puede negar el efecto positivo que un
proyecto tiene en la motivación del alumnado al ver una conexión entre lo
aprendido en el aula y su vida diaria. Sin embargo, lo que más me destacó en
esta sesión es que por la primera vez vimos un ejemplo práctico de la
implementación de un proyecto en un instituto, considerando los problemas que
puede que enfrente el profesor en vez de sólo las posibles ventajas y desventajas
para el alumnado. Este ejemplo me interesaba mucho porque antes yo había dudado
la factibilidad de trabajar el mismo proyecto mediante asignaturas distintas,
colaborando entre muchos profesores y incluso organizaciones fuera del
instituto, porque pensé que mucha gente no se involucraría o que al final la
organización sería demasiado difícil. Pero lo que vimos en la sesión es que con
buena comunicación y con unos pocos profesores que hacen un esfuerzo muy
grande, todos podrán ver los frutos.
Otra parte de la sesión que me llamó la
atención era cuando hablamos de maneras innovadoras de realizar un dictado en
el aula, especialmente porque hoy en día mucha gente rechaza la actividad al
considerarla más antigua o tradicional, aunque puede tener muchas ventajas para
habilidades como la comprensión oral, la ortografía y la memoria, entre otras. Yo
ya tuve experiencia con el ‘running dictation’ y el ‘bingo dictation’ de cuando
estuve de auxiliar de conversación en un colegio, y me alegra oír que
actividades así funcionan igual de bien en el instituto. La única modificación
que hicimos al segundo era, en vez de zumbar para indicar dónde faltaba una
palabra, decirles que tenían que dejar un hueco al escuchar la palabra ‘banana’,
¡una adición que resultó muy gracioso a todos! También he empleado el ‘picture
dictation’ en el aula, con tanto yo de auxiliar como los mismos alumnos en
parejas o al grupo entero describiendo sus dibujos para repasar temas tan
diversos como los muebles, las preposiciones y las partes del cuerpo. Es una
actividad que incluso funciona muy bien con los adultos a quienes doy clase en
una academia, practicando así de una manera más creativa el vocabulario y las
estructuras requeridos para describir fotos en el examen oral del PET. Otra
ventaja que he notado de los ‘picture dictations’ es que funcionan muy bien para
dinamizar aulas con pocos recursos, algo que puse a prueba cuando di clases de
inglés en un colegio en Perú y usé la idea de dibujar y describir monstruos
para tener una actividad creativa y interactiva que no requiere nada menos un
lápiz y papel.
En cuanto a los métodos de realizar un
dictado que no había visto antes, tengo muchas ganas de probar el ‘dictogloss’
porque la idea de reconstruir un texto de apuntes que tomas después de escuchar
me parece una manera más ‘real’ de practicar la comprensión oral, dado que
fuera del aula lo más importante casi siempre será captar lo esencial del
mensaje en vez de las estructuras específicas empleadas, y ser después capaz de
utilizar la información. También me encanta la idea del ‘opposites dictation’
para ampliar el vocabulario del alumnado, además de permitir la expresión
creativa a través de interpretaciones distintas de ‘opposite’.
Finalmente, yo creo que lo más importante que
saqué de la sesión eran las pautas muy prácticas para la organización de una
actividad de comprensión oral, y todos los aspectos que hay que tener en
cuenta. Una idea que yo nunca había considerado antes es que la dificultad está
en la tarea, no en el input, entonces cualquier materia auténtica que es
interesante y que tiene aspectos lingüísticos
relevantes a la temática de la clase puede ser útil con cualquier grupo. Además,
yo tampoco había considerado todos los pasos necesarios para tener éxito en una
tarea de comprensión oral, y ahora está claro que sin todos es mucho más
difícil llegar a niveles altos de entendimiento. En el mundo ‘real’ los alumnos
casi nunca tendrán que escuchar algo sin un contexto básico que, incluso a habladores
nativos del idioma, les ayuda a comprender el sentido de la oración a través de
sus expectativas según la situación. Entonces tiene sentido intentar replicar
esta situación en el aula.
En conclusión, a mí la sesión me resultó muy
útil, especialmente porque antes la comprensión oral era la destreza que más me
preocupaba en cuanto a la enseñanza porque parecía que siempre
probé a mis alumnos, de manera formativa y sumativa, sin saber muy bien cómo
practicar todas las habilidades que juntas contribuyen a escuchar con éxito
fuera del aula.
Me alegra enormemente que la sesión te haya resultado útil y que le hayas "perdido el miedo" a como valorar en tus alumnos la comprensión oral.
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