Después de una clase con Ana hace dos semanas
leí las definiciones de unos conceptos educativos en el Diccionario Virtual
Cervantes que me resultaron muy interesantes. Las que se relacionaban más con
la temática de la sesión eran la de la ‘actividad comunicativa’ y la de la ‘actividad de práctica libre’, dado que son estos dos aspectos que se tratan principalmente
durante proyectos que se centran en un producto final que tiene un impacto en
el mundo ‘real’ en vez de en la precisión del lenguaje utilizado. En clase
vimos un ejemplo de un proyecto sobre Carlos Casares durante el cual los
alumnos realizaron visitas guiadas por Vigo, enfocándose en la información que
eran capaces de compartir con los residentes de la ciudad y con los turistas en
vez de en la manera concreta en la que lo hicieran. También, se puede considerar la actividad una
de ‘práctica libre’ dado que, después de haber estudiado el vocabulario y la
gramática a través de ejercicios más guiados en el aula, en ese momento los
alumnos tuvieron la oportunidad de usarlos creativamente y aplicar el conocimiento
a una situación nueva.
Algo que también me interesaba de las
definiciones era la manera de dividir las destrezas de utilizar una lengua
extranjera, hablando de ‘comprensión’, ‘expresión’, ‘interacción’ y ‘mediación’
en vez de en las divisiones más tradicionales de hablar, escuchar, leer y
escribir. A mí me gusta este concepto del idioma del diccionario porque me
parece una manera mucho más natural de definir las habilidades, dado que fuera
del aula las destrezas tradicionales casi nunca existen aisladamente. Por eso,
tiene mucho más sentido diseñar actividades para el aula que
imitan el mundo fuera al combinar las destrezas, preparando así los alumnos
para las experiencias que tendrán después.
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