La enseñanza de lenguas extranjeras no sólo existe según el
sistema educativo
del propio país del alumnado.
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Siempre durante la planificación de una clase hay que tener en cuenta los sistemas globales que abarcan tu enseñanza, incluyendo tanto el sistema de referencia nacional como los de referencia europea o de referencia internacional. Estas estructuras forman parte del contexto del proceso de enseñanza-aprendizaje y son especialmente importantes para profesores de lenguas extranjeras, dado por ejemplo su contribución a la importancia percibida de ciertos idiomas según la situación política o geográfica del país, y incluso su reflejo en el propio entorno lingüístico del alumnado y la relación que tiene con su(s) idioma(s) nativo(s) y los extranjeros (Juan, 2008). El Marco Común Europea de Referencia para las Lenguas (MCERL) es uno de estos sistemas y tiene como su objetivo la convergencia de los sistemas educativos nacionales de los países de la Unión Europea (UE) a través de criterios estandarizados que regulan la enseñanza de idiomas, enfocándose en el concepto del plurilinguismo por encima del bilingüismo y la capacidad que tiene el usuario de cumplir tareas en la lengua extranjera.
Para mí es este tema de la acción que me llama más la atención, al ofrecer la oportunidad de centrar las clases de lenguas extranjeras en un uso más práctico del idioma, en vez de en conceptos gramaticales o vocabulario más abstractos y aislados. Considerando el ejemplo de montar una tienda de campaña, un alumno puede mostrar su capacidad de interactuar con el idioma mientras realiza una tarea completamente distinta al leer las instrucciones y recibir y ofrecer ayuda a otros miembros del grupo. Los descriptores del MCERL no llegan a este nivel de distancia de los que vemos en un examen ‘tradicional’ de idiomas, incluyendo ejercicios de rellenar huecos o comentar un texto, pero lo que sí presentan son ejemplos de lo que el usuario ‘puede hacer’ en cuanto a la comprensión, la interacción y la expresión a distintos niveles (Consejo Europeo, 2001).
La ventaja del enfoque del MCERL en lo que el alumno es capaz de hacer es la preparación que le ofrece para su vida como un usuario activo del idioma. Los objetivos de la UE en cuanto al aprendizaje de lenguas extranjeras se enfocan principalmente en la adquisición de competencias plurilingües para utilizar después en un ambiente laboral (Comisión Europea, 2012), un ambiente que requiere la capacidad de poder desarrollar tareas con autonomía y ser entendido por y entender a una gama amplia de personas. Estas tareas piden fluidez más que exactitud, diferenciando entre los que saben la teoría pero que se quedan sin la habilidad de aplicarla a una situación real, y los que pueden comunicarse perfectamente, aunque sea con errores. Otra ventaja de un enfoque más activo en la enseñanza de idiomas es el efecto motivador que puede tener en el alumnado, demostrando la relevancia de la lengua extranjera no sólo a su vida educativa sino también a su vida fuera del aula. Es al poder ver estas conexiones, dándose cuenta de cómo se puede utilizar este conocimiento nuevo para mudarse al extranjero, viajar o incluso trabajar en su propio país, que la asignatura empieza a captar las imaginaciones de los alumnos.
Pero, ¿cómo se puede aplicar esta teoría dentro una clase de secundaria? Lo más importante tiene que ser lo oral, y la realización constante de actividades que trabajan esta destreza. En aulas grandes puede ser difícil dar a todos la oportunidad de hablar, pero sin esta habilidad los alumnos nunca podrán relacionarse efectivamente con otros usuarios, tanto nativos como no nativos, del idioma. Se puede promocionar este estilo de trabajo a través de roleplays que animan un diálogo entre dos o más alumnos, imitando una situación real mientras requiriendo la participación de todos, o también a través de tareas que presentan problemas que el alumnado debe resolver al pedir información de otros miembros del grupo. También, para poder después realizar tareas con autonomía es imprescindible presentar a los alumnos con una gama amplia de materias reales, como folletos, programas de radio o sitios web, para que vean un uso natural del idioma, además de pedir que produzcan ellos trabajos que interactúan con el mundo, por ejemplo, cartas a otro instituto en otro país o información para turistas que visitan su ciudad. Finalmente, como hemos visto en España en las últimas décadas, hay la opción de la enseñanza bilingüe. Esta metodología involucra la impartición de clases de otras asignaturas que no son la lengua extranjera a través de ese idioma, ofreciendo al alumnado la oportunidad de realizar otras actividades y demostrar otras competencias mientras utiliza constantemente la lengua extranjera de forma práctica (Juan, 2008). De esta manera está obligado a aplicar su conocimiento a una variedad de situaciones distintas que se relacionan con su vida diaria, centrándose no en la exactitud de su uso, sino en su habilidad de completar el trabajo y adquirir información nueva.
En conclusión, estudiantes y profesores de lenguas extranjeras nunca deben olvidar que las clases no tienen lugar en aislamiento, sino experimentan la influencia constante de sistemas a nivel nacional e internacional que afectan todo desde los contenidos dados hasta los métodos empleados. Hoy en día nos encontramos dentro de un sistema europeo de enseñanza de idiomas que se basa en la movilidad y el trabajo, temas que requieren a todos hacerse usuarios competentes de idiomas para emplearlos en situaciones reales. El aprendizaje no puede existir sólo dentro del centro docente entonces, sino debe siempre impactar y ser impactado por lo que hay fuera.
Referencias Bibliográficas
Comisión Europea (2012). Language competences for employability, mobility and growth.
Recuperado de http://eur-lex.europa.eu/legal-content/EN/ALL/?uri=CELEX:52012SC0372.
Consejo Europeo (2001). Common European Framework of Reference for Languages:
Learning, Teaching, Assessment. Recuperado de https://www.coe.int/t/dg4/linguistic/source/framework_en.pdf.
Juan, M. (2008). Contexto y contacto en el aprendizaje de lenguas extranjeras. Revista
Electrònica d’Investigació i Innovació Educativa i Socioeducativa, 1, 47-66. Recuperado de http://www.in.uib.cat/pags/volumenes/vol1_num0/maria_garau/index.html.
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