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La creación de una programación didáctica
implica la combinación de decretos del gobierno y las necesidades del propio centro.
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El cuarto nivel de concreción
curricular - después del Gobierno del Estado, el Ministerio de Educación y los
gobiernos autónomos – es la programación didáctica, un documento escrito cada
curso por cada departamento del centro docente para planear y coordinar el
trabajo que va a realizar durante el curso siguiente. Según la Ley Orgánica 8/2013 de 9 de diciembre para
la mejora de calidad educativa (LOMCE) esta programación para la educación
secundaria obligatoria (ESO) y el bachillerato debe consistir en 15 elementos
distintos que abordan todos los aspectos de la educación, desde el currículum
impuesto por el Gobierno del Estado y los gobiernos autónomos hasta las
actividades y las metodologías diseñadas por los propios profesores. Sin
embargo, aunque todos estos elementos tienen que aparecer en la programación,
no todos tendrán la misma importancia en el desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Al hablar del tema en grupos durante el debate piramidal, llegamos a unas
conclusiones sobre cuáles son más significativos en cuanto a la práctica diaria
del profesor en el aula.
De primero hablamos de los elementos que salen en la
planificación que vienen ya concretados por el Gobierno del Estado y los
gobiernos autónomos, incluyendo los bloques del currículum, las competencias
clave y los criterios y estándares de evaluación. Está claro que estos
elementos son imprescindibles ya que forman la base del proceso educativo, sin
embargo, al venir desde un nivel más alto salen también en otros documentos. Las
planificaciones didácticas que analizamos parecían hacer poco con la
información menos citarla tal cual como está escrita en la ley, y al ser
aspectos ya fijos tampoco hacía falta más. Siempre estar muy consciente de
estas normas y aplicarlas en la práctica tiene mucha importancia en cuanto a
conseguir un sistema educativo homogéneo que consigue los mismos estándares altos
por todo el país, pero su repetición a este nivel nos pareció
bastante innecesaria.
Decidimos entonces que los elementos más importantes
de la programación son los que controla el propio centro docente, ya que son estos
aspectos que implican más trabajo en cuanto a su planificación. Es por esto que
valoramos la inclusión del apartado sobre metodología, dado que aunque los contenidos
para impartir ya están concretados, la manera de la que se impartirán no lo
está y tiene un efecto grande en la experiencia del alumnado, especialmente en
cuanto a su motivación y el desarrollo de las competencias clave. Igualmente, los
objetivos específicos que el departamento pretende evaluar y su proceso de
evaluarlos (en los alumnos, y también en su propia práctica) nos pareció
importante para crear un sistema homogéneo y coherente dentro del centro,
además de demostrar de una manera muy clara sus prioridades en cuanto al
aprendizaje de los discentes. Esta priorización también se ve en la
temporalización al analizar el tiempo que el centro decide dedicar a cada
contenido, aunque la importancia de este apartado viene mayoritariamente de
fijar puntos en el curso para dar contenidos concretos e intentar así impartir
toda la materia de una manera organizada.
Sin embargo, de estos elementos fijados por el
propio centro, creo que los más significativos son los que intentan abordar su
contexto específico. Estos elementos incluyen los recursos disponibles, desde
los materiales hasta los humanos y espaciales, algo que impacta mucho en el
desarrollo de otros apartados como la metodología y la evaluación y que por eso
no se puede ignorar. Pero incluso más específicamente estos elementos incluyen también
la atención a la diversidad, un apartado imprescindible para ofrecer la
igualdad de oportunidades a un alumnado que difiere mucho dentro de cada aula,
por no hablar de dentro de un instituto o incluso una comunidad autónoma.
Finalmente, la programación debe contener información sobre las actividades
complementarias que ofrece el centro, una sección que lo permite ampliar su
ofrecimiento educativo, no sólo para mejorar el aprendizaje de la asignatura
específica, sino también para abordar contenidos fuera del currículum que se
relacionan con el área local o la situación específica del alumnado. Es así que
el alumnado no solamente aprende materias, sino empieza a entender su
relevancia a su vida diaria.
En conclusión, aunque todos los apartados de una
programación didáctica son muy importantes para el desarrollo organizado y
eficaz de un proceso educativo en un centro docente, los elementos más
importantes para mí son los que el centro desarrolla para sí mismo. Los
apartados concretados ya a niveles más altos son imprescindibles, pero los que fija
el centro muestran cómo estas leyes van a realizarse en realidad y cómo van a
incorporarse en la vida cotidiana del alumnado.
Referencias
Bibliográficas
Ley orgánica para la mejora de la calidad educativa (Ley Orgánica
8/2013, 9 de diciembre). Boletín Oficial del Estado, nº 295, 2013, 10 diciembre.
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