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El uso de la L1 puede ser una herramienta
educativa muy útil para apoyar la comprensión y la producción de la L2.
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Durante el tema uno tuvimos muchas
discusiones muy interesantes en el aula, todas de las cuales se relacionaban
con la temática de las clasificaciones distintas que se puede aplicar a idiomas
y a los que los hablan. Para mí, una de las discusiones más relevantes a
nuestro trabajo futuro, y que por eso más me interesaba, era sobre el uso de la
L1 en el aula de lenguas extranjeras, o si deberíamos dar la clase entera en la
L2.
Personalmente, yo veo la utilidad de emplear
la L1 durante la clase, especialmente si el tema estudiado tiene un vínculo o
un punto de contraste interesante entre la L1 y la L2. Por ejemplo, comprender el
enlace que hay entre los componentes de los tiempos verbales puede ayudar mucho
el entendimiento de su formación y de su uso, además que con acordarse de esto
después, algo que se ve claramente en cómo la estructura del ‘present continuous’ tanto
en español como en inglés requiere el
verbo ‘estar’/’to be’ más el participio presente del verbo principal. En cuanto
al vocabulario, alrededor del 60% del inglés tiene sus raíces en el latín, y
más si se habla del inglés científico o de un registro alto, una herramienta
para la comprensión del idioma para alguien con una L1 romance que el profesor no
debe descartar, y hay muchas terminaciones que se corresponden a menudo en español e inglés, como –ción y –tion, un hecho que también puede servir
como un apoyo en la producción de vocabulario nuevo. Palabras internacionales,
las que ocurren con significados iguales o muy parecidos en muchos idiomas,
también pueden ser muy útiles en el aula para mostrar las similitudes que hay
entre la L1 y la L2 y para que el alumnado tenga más confianza en sí mismo después
al darse cuenta de la proporción de la L2 con la que ya está familiarizado sin
estudiar.
Además, aparte de los fines lingüísticos, el empleo de la L1 en el aula de lenguas extranjeras puede
tener un efecto positivo en el ambiente de la clase. Especialmente con
principiantes, podría ser difícil para el profesor desarrollar una relación muy
positiva con el alumnado sólo a través de la L2, con la L1 en estos casos
sirviendo para hacer a los alumnos sentir cómodos, y más probables así de
expresarse en la L2 sin vergüenza o miedo de cometer fallos, y
más dispuestos también a hablar en confianza con el profesor sobre algún
problema que tengan. En cuanto a la disciplina en el aula, utilizar la L1
asegura que todos comprendan las expectativas del profesor y las consecuencias
de no cumplirlas, creando así un espacio tranquilo de estudio y de apoyo, y
permite la resolución más rápida de las alteraciones que surgirán aún.
Sin embargo, está claro que hay desventajas del
uso de la L1 en clase, unas de las cuales se relacionan con cómo afecta al
comportamiento y a la motivación del alumnado. Si el profesor recurre mucho a
la L1, los alumnos tendrán menos oportunidades de escuchar la lengua extranjera
en situaciones que no se vinculan directamente al tema estudiado en ese
momento, bajando su confianza en cuanto a cuánto son capaces de entender porque
no tendrán la experiencia de enfrentar materias nuevas y adivinar significados
mediante palabras parecidas, gestos o el contexto de la oración. También, si los
alumnos saben que el profesor les habla a menudo en la L1, son más probables de
pedir una traducción como su primera respuesta a una dificultad, en vez de
replicar situaciones más ‘reales’ al pedir repetición o usar otros indicadores
del significado, algo que afecta su motivación al quitar la necesidad inmediata
de comunicarse de la L2.
A un nivel lingüístico,
las desventajas de emplear la L1 en el aula pertenecen normalmente a los
alumnos dependiendo de su lengua materna para traducir directamente a la L2. Este
proceso genera muchos problemas en la producción de la lengua extranjera al
intentar imitar estructuras gramaticales que no existen en la L2 o crear
palabras utilizando la misma base y, especialmente en el caso de ir de un
idioma con una pronunciación principalmente fonética como el español a uno con una pronunciación más inconsistente y con más influencias
como el inglés, utilizar la fonética de la L1 para pronunciar la L2. Puede que
el uso de la L1 también cause problemas en cuanto a la comprensión, con los
falsos amigos presentando mucha dificultad aquí al crear confusión entre
palabras con significados muy distintos y al distraer al alumno del contexto de
la oración como una herramienta para averiguar el significado.
En conclusión, desde mi punto de vista el uso
de la L1 en el aula es un recurso imprescindible en cuanto al aprendizaje de la
L2 porque provee al alumnado con una base de conocimiento que aumenta su
confianza en sí mismo y ayuda tanto la producción como la comprensión, además
de facilitar la relación profesor-alumno. Sin embargo, está claro que su uso
debe estar regulado y restringido a puntos específicos de la clase para evitar
situaciones donde el alumnado depende de este recurso de una manera que no
podrá al utilizar el idioma fuera en el ‘mundo real’.
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