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¿Estudiar matemáticas en inglés tiene
ventajas para el alumnado?
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En el tema 6 empezamos a ver por la primera
vez cómo el enfoque en el aprendizaje de las lenguas extranjeras puede tener un
efecto fuera de las aulas de idiomas al introducir programas plurilingües en
centros docentes. Estos programas siguen la metodología CLIL (Content and
Language Integrated Learning) y dan otras asignaturas a través de una lengua
extranjera, un modo de enseñanza que de un lado podría
parecer ofrecer muchas ventajas al alumnado en cuanto a su dominio del idioma,
pero que a la vez crea mucha polémica.
El plan gallego de lenguas extranjeras
propone la creación de una red de institutos que ofrecen estos programas plurilingües,
sosteniendo que esta idea requiere una cantidad suficiente de docentes
dispuestos y capaces de enseñar en una lengua extranjera, además
de la implicación de todos del centro en el programa, para al final poder
proveer la formación y los recursos necesarios a un grupo grande de centros (Dirección
Xeral de Educación, Formación Profesional e Innovación Educativa, 2011). Para
conseguir este objetivo, la Xunta de Galicia quiere llegar a un total de 500
centros plurilingües para el año 2020, el 50% de los centros de
la comunidad, además de doblar el número de auxiliares de conversaciones para tener
1000 y conseguir que un 30% del profesorado tenga el nivel C1 de una lengua
extranjera (Xunta de Galicia).
No se puede negar que estos cambios
demuestran un compromiso importante a la enseñanza de
lenguas extranjeras en la comunidad, sin embargo, también hay que considerar no
sólo las cifras al nivel comunitario, sino el efecto que tendrá el plan en cada
instituto. Como auxiliar de conversación yo di clases bilingües de matemáticas,
tecnología, naturales y ética a todos los cursos de la ESO en un instituto
urbano en Andalucía durante el curso 2013-14, y durante mi estancia realicé una
serie de entrevistas con los profesores del instituto para evaluar el efecto que
el sistema bilingüe había tenido no sólo en los alumnos, sino en ellos mismos
también.
Todos los profesores del instituto reportaron
un efecto positivo en el alumnado, con el profesor de tecnología llamándolo ‘lo
ideal’ para aprender al ser ‘la manera natural’ de estudiar, y el de ética
argumentando que aunque daba menos contenidos en las clases bilingües, eso se compensaba
después al tener más acceso a cursos en internet en inglés. El profesor de
matemáticas amplió incluso más el elogio de la metodología al enfatizar los beneficios culturales y al subrayar
‘la dotación de una nueva dimensión europea’ que ‘ha acercado al alumnado a
Europa’. Estos puntos de vista se ven reflejados también en un estudio del
Ministerio de Educación que reúne las respuestas de 65 profesores de institutos
distintos y que reporta que el 96,9% ve
el programa como beneficioso o muy beneficioso para sus alumnos (Dobson, 2010,
p. 126). Sin embargo, aquí es muy importante considerar que el instituto en
Andalucía sólo tuvo dos aulas bilingües de las cuatro en cada curso, utilizando
un proceso de selección que se basó en la elección de los padres pero que
indirectamente también dividió al alumnado según sus habilidades académicas,
creando así clases que no representaban la diversidad de los niños en
el instituto ni de los problemas académicos que podrían enfrentar. Desde mi
punto de vista, aunque el programa podría funcionar bien para los que aprenden
la asignatura impartida a través del inglés con facilidad, causa más problemas
para los que ya tenían dudas en castellano, además de no permitir a los que
destacan allí pero no en inglés expresarse y demostrar la gama total de su
conocimiento.
En contraste, donde había más crítica del sistema de los profesores del
instituto era en la situación que causa para ellos mismos, en particular en
cuanto a la formación. El profesor de tecnología comentó que después de obtener
el B2 era difícil de conseguir el apoyo del gobierno para seguir con cursos del
idioma o para pasar tiempo en el país extranjero, y que no recibía ninguna
compensación por el trabajo extra de formarse y crear materiales en inglés. El
profesor de naturales repitió los mismos problemas, añadiendo que el Ministerio
ha cortado muchos de los cursos en el extranjero por la crisis económica y que
encontrar un hueco para realizar un curso intensivo durante el verano es un
compromiso difícil para los que están intentando equilibrar el trabajo con la
vida familiar. En mi opinión, no es justo pedir a profesores que llevan décadas
dando clases de su asignatura de especialdad que cambien en seguida a impartir
clases en otro idioma en el cual no tienen ni la habilidad ni la confianza de
enseñar el mismo nivel y cantidad de materias, partiendo de un conocimiento que
esta sólo un poquito encima del de sus alumnos.
En conclusión, a mí me parece que el gobierno español sobrevalora los
beneficios del número de horas de la inmersión lingüística y olvida la
importancia de su calidad, presentando al alumnado con profesores quienes por
una falta de apoyo están batallando para mantener un nivel del idioma más alto
que el de sus estudiantes. Este problema provoca la repetición de errores,
normalmente de pronunciación, y los alumnos se enfrentan a una mejora limitada que
será difícil superar por ser inculcada durante un tiempo largo. Quizás la solución
sería ampliar el número de horas que tiene el alumnado con un profesor dedicado
a la enseñanza de lenguas extranjeras, a lo mejor quitando horas de otras asignaturas
pero permitiendo a los profesores de estas asignaturas enfocarse intensamente
en su especialidad sin la barrera de la lengua extranjera.
Referencias
Bibliográficas
Dirección Xeral de Educación, Formación
Profesional e Innovación Educativa (2011). Plan
galego de potenciación das linguas estranxeiras. Recuperado de www.edu.xunta.gal.
Dobson, Alan,
María Dolores Pérez Murillo y Richard Johnstone (2010). Programa de Educación Bilingüe en España: Informe de la Evaluación.
Ministerio de Educación: Instituto de Formación del Profesorado. Recuperado de www.mecd.gob.es.
Xunta
de Galicia. Educación destina case 70
millóns a estender o plurilinguismo a 200.000 alumnos e promover o seu ensino
integral desde infantil ata a universidade.
Hola Emma!
ResponderEliminarPareceme moi interesante esta entrada coas túas experiencias persoais como auxiliar de conversación en España. Estou de acordo cando dis que as asignaturas bilingües poden dificultar a aprendizaxe para aqueles alumnos que xa teñen dudas co contido en castelán; a lingua estranxeira só añade outra capa de dificultade.
Eu cursei unha asignatura de historia en 4º da ESO e o inglés era un verdadeiro obstáculo para algúns dos meus compañeiros. O docente só utilizaba o castelán se llo pediamos para facer algunha aclaración, pero nadie o facía. Para facilitar un pouco o sistema, permitíase contestar ás preguntas dos exames en castelán. Contestar en inglés daba puntos extra. Como te podes imaxinar, todos acabaron facendo as preguntas en inglés e as notas finais foron altísimas. Resultaba máis fácil aprobar a asignatura en inglés ca en castelán ou en galego.
Saúdos.